GUERRA ESPIRITUAL O MÁS BIEN INTRUSIÓN ESPIRITUAL
(Efesios 6:12 RVR 1960) “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”
En los últimos días el Espíritu Santo me ha inquietado a revisar varios conceptos de la iglesia actual y prácticas que yo mismo he usado siendo uno de ellos el concepto de la guerra espiritual. Conversando con nuestro amigo, el Pastor Nehemías Montañés quien fue pionero junto a otros ministros del concepto de guerra espiritual en Puerto Rico. Según lo que me explico sobre lo que se enseñaba en la conferencias sobre la guerra espiritual trajo como consecuencia que los cristianos se convirtieran a la incredulidad dándole una potestad a Satanás y sus demonios que no tiene.
A veces me preguntaba, ¿por qué personas consagradas que están envueltas en la guerra espiritual como intercesores sufren muchas calamidades y pérdidas en su vida personal?
Algunos versículos en el Nuevo Testamento fueron sacados de su contexto y aplicados incorrectamente. Esto trajo como resultado, que creyentes ingresaran a un dominio espiritual que no está dentro de la esfera de su autoridad. Esta “intrusión espiritual” es la que posiblemente esté abriendo puertas, dando la oportunidad a un diablo “derrotado” y a sus demonios a hacer destrozos, a traer sufrimiento y dolor de corazón a cristianos con buenas intenciones.
Se enseña, que esta nueva clase de “intercesión estratégica” es necesaria, para poder liberar regiones y ciudades de la influencia diabólica que ciega los ojos de los hombres ante el mensaje de Jesucristo. Como resultado de esta enseñanza, el movimiento de intercesores se ha vuelto parte integral de muchas iglesias. Hay muchas conferencias que se dedican a dichas enseñanzas de intercesión, con el propósito de destruir ataduras y abrir áreas a la influencia de La Palabra de Dios. Este énfasis en la lucha contra las fuerzas diabólicas, se ha expandido al habito de oración del cristiano en lo individual, quien muchas veces dedica más tiempo para atar y reprender al diablo que para adorar a YAHWEH.
El concepto que yo le llamo “vudú cristiano” refiriéndome a lo místico o a una aproximación a supersticiones que muchos adoptan con buenas intenciones para liberar su iglesia, familia, ciudad o región de influencias diabólicas. En los documentales he visto como tribus de diferentes países hacen rituales para liberar sus aldeas de las influencias malignas. Cuantas congregaciones cristianas hacen ritos similares en público o en privado llevando a cabo proclamaciones ofensivas contra el diablo para limpiar los aires, atando y soltando, reprendiéndolo y echándolo fuera de una región o incluso de las naciones. ¿Esta fue la comisión que nos encomendó Jesús?
Muchos intercesores cristianos se les escucha orando de forma continua, utilizando los siguientes términos para limpiar los aires: “decreto contra las potestades”, “te ato Satanás, los ato espíritus de esto y espíritus de aquello, los maldigo y los echo fuera, deben irse en el nombre de Jesucristo, los echo al infierno”.
La palabra nos dice que nuestra lucha no es contra carne ni sangre. Lo que ha confundido a muchos es que el versículo menciona “regiones celestes". Como resultado, el contexto completo del pasaje ha sido desechado y el énfasis ha sido puesto en la habitación de los principados y potestades en lugar del blanco de su ira, que es el creyente renacido.
(Efesios 6:10-13 RVR 1960) Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo, Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes.
Leyendo este texto bíblico con detenimiento no hay forma para concluir que esto sea un llamado para la guerra en contra de los principados y potestades en “los lugares celestiales.” Lo que Pablo expresa, es para exhortar a los cristianos para que se “fortalezcan”, para que “estén firmes”, para que “resistan”, y “habiendo acabado todo, permanezcan firmes.” El lenguaje es defensivo, no ofensivo, y está dirigido para exhortar al creyente a fin de que esté preparado para un ataque satánico contra su persona, no contra su ciudad o región.
(Efesios 6:14-18 RVR 1960) Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu…”
Podemos ver que el propósito de Pablo era ver a los creyentes individualmente fortalecidos mediante la fe en la revelación de La Palabra de Dios, para que así puedan “contrarrestar los ataques del enemigo.” La comunión con el Espíritu Santo en oración, el estudio de la palabra, el perdonar a nuestros enemigos, el andar en el perfecto propósito de YAHWEH, son fundamentos esenciales en la vida espiritual de todo cristiano que quiera continuar en la fe hasta el fin.
Los ataques de los principados y potestades serán continuos mientras estemos en la tierra, no en las regiones celestes. No hay instrucciones para hacer guerra en las regiones celestiales donde moran los principados. Más bien las instrucciones son para resistir los ataques del enemigo en nuestra vida terrenal.
Entonces hay una guerra espiritual “SI”. Satanás es imitador del ministerio de YAHWEH y conoce la palabra mejor que nosotros, por tanto busco la manera de dirigir la batalla espiritual hacia lo exterior entreteniendo a la iglesia en rituales de intersección para hacer la guerra en las regiones celestes. La verdadera batalla espiritual se desarrolla en nuestra carne, en nuestra mente y alrededor de nosotros por personas con influencias demoniacas.
A causa de la enseñanza de guerra espiritual es que vemos a algunos apóstoles y pastores con “escuderos” (intercesores), para que le protejan la unción cuando la batalla espiritual está en ellos mismos. Si están viviendo una vida descuidada espiritualmente, por más “escuderos” que tengan, caerán ante las tentaciones.
(Mateo. 28:18-20) Toda potestad (autoridad) le fue dada a Jesús tanto en el cielo como en la tierra. No hay región que no esté sujeta a Su autoridad. Estamos investidos con toda la autoridad para llevar el evangelio a todas las naciones sin importar los principados, hombres fuertes, fortalezas u oposiciones. El dominio de estas “potencias” han sido derrotadas.
(Colosenses 2:15 RVR 1960) “Y despojó a los principados y a las autoridades y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. “
Jesús simplemente enviaba a sus discípulos y estos expulsaban demonios, sanaban a los enfermos, hacían señales y prodigios con la autoridad del nombre de Jesús. Les dijo a sus discípulos que se sacudieran el polvo de sus pies y se fueran al próximo pueblo si no los recibían. Ya hay que dejar los rituales de enviar un grupo de intercesores para atar a las potestades y luego llegar al lugar a ungirse con aceite para protección. Entonces si no se convierte nadie le echan la culpa al diablo y dicen que hay que orar y ayunar mas.
Pablo nunca hablo de identificar a la deidad que operan sobre una ciudad o región. Simplemente predicó el evangelio y dejó que el Espíritu Santo añadiera los que habían de ser salvos. Muchas veces fue recibido con alegría, otras ocasiones fue apedreado. No hubo mención de una “fortaleza” que debía ser destruida antes de predicar en una ciudad. No se formó un grupo intercesor para atacar estas potestades, sino que el evangelio continuo expandiéndose con la autoridad y el poder del evangelio.
Usted sabe cuánto tiempo de oración malgasta una congregación peleando con las potestades que moran en las regiones celestes, cuando tenemos la autoridad para destruir sus actividades terrenales. Mucho tiempo se ha desperdiciado haciendo guerra espiritual que deberíamos haber usado para sanar las heridas de los miembros de la iglesia e ir al mundo predicando el evangelio de la cruz con la autoridad que Jesús nos dio.
El orar “estratégicamente” suena mucho más atractivo que predicar a los perdidos y sanar a los enfermos. Tú puedes asistir a tu iglesia y hacer “guerra espiritual estratégica”, pero debes dejar el cargo de intercesor o de “escudero” e ir al mundo a cumplir con lo que Jesús nos encomendó.
Jesús confronto terrenalmente a los demonios y los hecho con la autoridad de su voz de mando al igual que confronto a Satanás terrenalmente. Nunca se lee que Jesús lanzaba oraciones al aire o que hacia una guerra espiritual junto a sus discípulos dirigida a las regiones celestes.
(Lucas 10:18 RVR 1960) Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Este versículo revela la táctica más efectiva para sacudir los principados en los lugares celestiales. En Lucas capítulo 10, Jesús envió a sus discípulos a predicar el evangelio y “sanar a los enfermos.” En el versículo 9 cuando esta autoridad fue puesta en práctica, los discípulos volvieron a Jesús diciendo: “...aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.” En el versículo 17 Satanás fue despojado de su dominio, cuando fueron desatados los oprimidos y le fue dada la libertad a los cautivos. Esta manifestación del poder del evangelio arrojó a Satanás de los principados cuando la batalla se desarrolló en la tierra y los lugares celestiales sintieron el impacto.
La tierra es el dominio del cuerpo de Cristo. YAHWEH es responsable de los resultados celestiales. Sin embargo, muchos están intentando atar y desatar cosas en los lugares celestiales para poder ver resultados en la tierra. Estamos haciendo las cosas al revés. No estamos llamados a atar espíritus inmundos que no se ven sino a deshacer sus obras. Tenemos autoridad para desatar a la gente de las influencias demoniacas y liberar a los cautivos.
Ahora vemos el síndrome de Juana de arco, cristianas poniendo fotos de guerreras con armadura incitando a la guerra espiritual contra potestades imaginarias entrando en una instrucción espiritual sin saber que las puede llevar a una derrota espiritual.
CUANDO NOS ADENTRAMOS A UNA INTRUSIÓN ESPIRITUAL
Cualquier influencia que Satanás tenga en su reino terrenal, está sujeta a nuestra autoridad como cuerpo de Cristo, pero no estamos llamados a atacar su morada celeste. Es importante que entendamos que Satanás todavía es el “dios de este mundo, (2 Corintios 4:4) y “el príncipe de la potestad del aire.” (Efesios 2:2). Si hacemos guerra contra las potestades de los aires, podemos involuntariamente darle potestad a Satanás para “matar, robar y destruir” a aquellos que se envuelvan a hacerle la guerra de esta forma.
Cuando nos adentramos a hacer guerra espiritual más allá del alcance de nuestro conocimiento o autoridad, nos exponemos a la destrucción y a la derrota. En Hechos 19:13-16 vemos un ejemplo de los judíos exorcistas, que intentaron echar fuera demonios usando el nombre de Jesús, pero no eran cristianos renacidos. Aunque sujetos al nombre y a la autoridad de Jesús en la tierra, los demonios reconocieron rápidamente que estos hombres no tenían la autoridad de Cristo y los atacaron venciéndolos físicamente. Son muchos los cristianos que están sufriendo resultados similares, cuando se mueven más allá de su autoridad haciendo guerra espiritual contra las regiones celestes.
Jesús describió a Satanás como el hombre fuerte. Satanás obtuvo su dominio en la tierra como resultado del pecado del hombre. El pecado permitió al diablo ser el dios de este mundo dándole la potestad para matar, robar y destruir. Si el pecado es lo que desató al diablo en la tierra, entonces la única fuerza que puede atarlo es la justicia. Debido a que no se hallo a ninguno justo (Romanos 3:10) YAHWEH mismo se hizo carne, como cordero perfecto, sin pecado, para revelarnos el poder de la justicia.
Tristemente solamente el 15% de los cristianos de una congregación son verdaderamente redimidos el 85% restante continúan atados en el espíritu. Por tal razón vemos a muchos cristianos llenos de conflictos, envidias, celos ministeriales, mentiras, calumnias, intrigas, complot, adulterios, apostasía, avaros, idolatras, sin amor natural. También hay en las congregaciones quienes son como el payaso que ríen por fuera y por dentro lloran esperando quien los escuche y le ministre la revelación del Espíritu Santo.
Jesús hizo una declaración:
(Juan 14:30 RVR1960) No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.
La justicia de Jesús dejó a Satanás sin poder e impotente para retener a sus esclavos. Jesús sanó y liberó a los oprimidos con autoridad y palabra. La muerte de Cristo en la cruz fue un acto de justica triunfando sobre el pecado y el poder de Satanás sobre el mundo. Fuimos liberados de toda maldición y bendecidos con todas las bendiciones, no podemos tener protagonismo en la obra redentora.
Muchas iglesias se han desviado de la obra perfecta y completa de Cristo en la cruz y han buscado añadir más a su victoria a través de sus propios esfuerzos imaginarios. Cumpliendo con dogmas, paga de indulgencias, pactos con dinero, hasta atribuyéndole unción y santidad a objetos como el Talit o el aceite que fueron símbolos de lo perfecto.
Si solamente la iglesia supiera lo que es en Cristo, la justicia de YAHWEH caminando y obrando en la tierra (2 Corintios 5:21), entenderíamos que atar al hombre fuerte no es soltar palabras a los cuatro vientos y proclamado guerra con espada sino más bien tener una confianza segura de Quién vive en nosotros. El diablo debe huir, los enfermos podrán ser sanos y los oprimidos puestos en libertad. Tenemos la autoridad para saquear la casa del enemigo y para liberar a los cautivos.
APOSTOL JUAN CALO
Yom Teruah Ministries, Puerto Rico
CORREO ELECTRONICO: yomteruahministries@gmail. com
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14 de febrero de 2012
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