Publicado en Face Book: 31/mayo/2012
EL ECLIPSE DE LOS
AVIVAMIENTOS
La palabra
avivamiento la conozco desde que era un niño, la escuche cuando los ancianos de
la iglesia me contaban del avivamiento de antaño con nostalgia. Contaban como
cruzaban ríos para llegar a lugares inaccesibles y se llevaban quinqués
(lámparas de gas) porque les cogía la noche. Casi todos los ancianos de la
iglesia habían sido alcohólicos que fueron renacidos por el poder del
evangelio. La verdad es que la experiencia que vivieron los ancianos no era un
avivamiento, solo estaban cumpliendo con lo que Jesús enseñó y ordenó a hacer a
la iglesia.
El “avivamientismo”
es definido como períodos de emoción espiritual y energía que ha sido
orquestada por los métodos, y a menudo, las manipulaciones del hombre. Dios
necesariamente no tiene que estar involucrado en este tipo de evangelismo en lo
absoluto.
Unos le llaman
“avivamiento” a un “fluir en el espíritu”, otros le llaman “la nueva unción”,
otros le llaman “la llenura del Espíritu Santo”, otros le llaman “la renovación
carismática”, otros le llaman “los vientos del Canadá”, otros le llaman un
“nuevo despertar”.
Muchos dicen que
están experimentando un avivamiento “ganas” de evangelizar basándose en este
concepto” yo le diría “venderse caro con propaganda” para llenar mega iglesias
o para que “bullicio” de personas les sigan en las redes sociales.
Muchos quieren
pertenecer a los movimientos “avivamientistas” para ser sanados, recibir
mensajes de motivación personal, para invertir en Dios esperando ganancias
materiales (ofrendas de pacto). Otros se enfocan en los dones, hasta quieren
comprar la unción para sentirse realizados.
Pero, sin importar el
nombre que usen para los supuestos “avivamientos” o las experiencias de las
cuales dan testimonio. Lo cierto es que está comprobado históricamente que,
todos los Movimientos avivamientistas tuvieron comienzo y tuvieron final. Es
decir que, los Avivamientos son temporales y circunstanciales.
La prueba histórica
de lo que estoy hablando es que hoy día todos los edificios de las Iglesias en
Europa y Estados Unidos donde se dieron “avivamientos” son museos y catedrales.
Nadie se congrega ahí, sólo sirven para los turistas.
Lo que muchos llaman
“avivamiento” por desconocimiento o deliberadamente, no tienen base Bíblica. No
existe un solo pasaje bíblico que enseñe sobre “avivamiento” o que nos ordene
fomentar o tener “avivamientos”. No hay un solo ejemplo de lo que se entendió
como “avivamiento” en los Siglos 18, 19 o 20 ó, lo que se entiende como
“Avivamiento” en el Siglo 21. No hay en toda la Palabra de Dios, alguna
referencia a practicar o predicar sobre “avivamiento”.
(Apocalipsis 3:1-3
RVR1960) Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete
espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que
tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras
cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de
Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y
arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué
hora vendré sobre ti.
Este pasaje es un
ejemplo de lo que sería el concepto “avivamiento”. Si la iglesia necesita un
avivamiento o la totalidad del cristianismo lo necesita, es porque está a punto
de morir. Y si andamos enseñando al pueblo a clamar por avivamientos o andar
detrás de movimientos “avivamientistas”, estamos contradiciendo lo que nos dice
la palabra:
(Juan 10:10 RVR1960)
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
(Juan 15:16 RVR1960)
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto
para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo
que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Muchas iglesias
tienen que reconocer que se ha dedicado a cumplir con programas humanos, con
crear institutos para justificar doctrinas, en vez de buscar la verdad de la
Santa Palabra dejándose guiar por el Espíritu Santo. Estos programas pueden
verse a plena vista muy comprometedores con la obra de Cristo, muy avivados y
alegres; pero no hay realidad espiritual en ellos. La iglesia tienen que
reconocer que ella está engañada, y engañando a los demás, cuando piensa que sus
programas tienen vida espiritual.
(Efesios 5:11-14
RVR1960) Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más
bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en
secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son
hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.
La historia de la
iglesia repite un ciclo de apostasía (Negación de la fe cristiana o abandono de
las creencias en que uno ha sido educado) y restauración (Vuelta de una cosa al
estado o circunstancia en que se encontraba antes), nueva apostasía y nueva
restauración.
En la mayoría de las
veces antes de una restauración, de una manifestación genuina del Espíritu
Santo, ha habido un tiempo de apostasía. Un tiempo de inmoralidad en la iglesia
y en la sociedad; un tiempo en que la gente piensa que la Palabra de Dios ya no
tenía influencia en la vida diaria. Un tiempo en el cual los cristianos están
contentos con cumplir sus costumbres, conceptos y doctrinas en la iglesia, pero
sus vidas no cambian, viven sin compromiso con el evangelio.
¿Estaremos viviendo
en un tiempo así?
El movimiento
evangélico en América Latina y en la comunidad latina en norte América están en
crecimiento; pero no al grado que podamos decir que está creciendo en un mover
genuino del Espíritu Santo. Por un lado tenemos a los superdotados de santidad
exterior imitando el clero católico, con manifestaciones y proclamaciones
basadas en la incoherencia. Por otro lado tenemos los superdotados de teología
y formalismo.
Otros están
cumpliendo con sus sueños reprimidos de ser artistas o de creer ser profetas
como los del Antiguo Testamento, trepados en mega altares, con mega pantallas,
haciendo proclamaciones “dominionistas” con boca de jarro a un bullicio de
personas que viven con la esperanza de tener unción sobrenatural y bienes
materiales.
Ni los programas; ni
las coreografías de danza, ni las alabanzas emocionantes; ni la buena promoción
y propaganda, las caídas en masa, nada de estas cosas es una manifestación
genuina del Espíritu Santo. Mientras las vidas no sean sacudidas y
transformadas en lo más profundo por el Espíritu Santo, solo estamos multiplicando
el número de cristianos durmientes, moribundos y llenos de sueños reprimidos.
Pedir “avivamientos”
para nuestra vida personal o para la iglesia (la asamblea de cristianos),
implica afirmar que la elección que Jesús hizo con nosotros para llevar las
buenas nuevas, la unción que El depositó en nosotros, nuestros frutos productos
del arrepentimiento, nuestros resultados, las buenas obras productos de la
salvación, no permanecen, se gastan, se desvanece y por eso necesitan avivarse.
Esto es menospreciar
lo que Jesús depositó en nosotros y es insultarlo como burladores. De hecho, el
término “Avivar” en Griego es ‘parorgizw’ (PARORGUIZO), que se traduce como
excitar. Pedir “avivamientos” implica afirmar que necesitamos excitarnos
sensorialmente, necesitamos “sentir” con los sentidos físicos y tangiblemente a
Jesús y la manifestación del Espíritu Santo.
Contrario a lo que
nos enseña la Palabra (La Biblia)
(Romanos 1:17
RVR1960) Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
(Hebreos 11:1
RVR1960) Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo
que no se ve.
(Juan 20:29 RVR1960)
Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no
vieron, y creyeron.
El “avivamiento” no
es un asunto de Fe, sino un asunto de sentidos, emocionalismo y sentimientos,
ministración del alma (el asiento de las emociones).
No importa qué tipo
de manifestaciones usted pueda observar en lo que llaman avivamiento. Un mover
de del Espíritu Santo no será verdadero a menos de que este se encuentre
enfocado en la cosecha de almas. La presencia del Espíritu Santo está accesible
para los cristianos desde el día de pentecostés con el fin de producir el
rescate de almas perdidas, para que la semilla sea plantada.
Ese día, cristianos
llenos del Espíritu Santo, fueron enviados desde el aposento alto a todo el
mundo para que hicieran discípulos de Cristo Jesús. Un cristiano que es
bautizado genuinamente por el Espíritu Santo, no está contento con dejar atrás
solamente los pecados más obvios (la borrachera, los robos y engaños, los
pecados sexuales...).
Más bien, se juzgara
a sí mismo para expulsar de su vida aun los pecados escondidos que nadie sabe
pero Dios si ve: las pequeñas "mentiras blancas", la falsedad en los
pensamientos, las actitudes de envidia, codicia y malicia hacia otras personas,
los falsos testimonios para congraciarse con los demás, las fantasías sexuales,
el orgullo religioso, la ingratitud e indiferencia hacia Dios, la obediencia
solo de labios y no de corazón, la cobardía cuando se trata de testificar o de
levantarse por la justicia, etc. A menudo son estos "pequeños"
pecados escondidos que impiden tener una vida espiritual genuina.
La iglesia tiene que
volver a las enseñanzas de JESÚS y de los primeros apóstoles (del Nuevo
Testamento). La iglesia restaurada (no estoy dándole promoción a las iglesias
tituladas de restauración) rechaza las tradiciones y costumbres humanas que ha
seguido hasta este momento, y empieza a ponerle asunto a las palabras del SEÑOR
JESUCRISTO en serio. Comienza a caminar por el camino angosto que nos conduce
directamente a Cristo.
La iglesia restaurada
se atreve a ser radicalmente diferente ante lo que proclama el mundo con sus lascivias
y vanidades, y hasta es intolerante ante lo que proclaman muchos cristianos
contradiciendo las escrituras, para obedecer únicamente a YAHWEH.
Lo cierto es que a lo
largo de la historia, por más que digan, la iglesia nunca ha vuelto a alcanzar
la altura de la primera iglesia. Pero en cada periodo de restauración, se
volvieron a redescubrir algunas verdades bíblicas que la iglesia había perdido
en los tiempos de apostasía. Si comparamos las enseñanzas de muchas iglesias,
denominaciones, concilios y movimientos de hoy con la Palabra de Dios, ¡vemos
que nos quedan muchas verdades bíblicas a restaurar!
Joel 2:28 (RVR1960) Y
después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros
hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes
verán visiones.
Este pasaje es
utilizado para justificar movimientos que se levantan aludiendo a un
avivamiento. Pero la realidad es que esta profecía tuvo su cumplimiento en el
día de pentecostés (Hechos 2:1-4).
Fíjese que si leemos
la historia de la viuda y el aceite que se encuentra en 2 Reyes 4:1-9. YAHWEH
permitió una prueba en la viuda para glorificarse en un milagro específico.
Eliseo le ordenó a la viuda que buscase muchas vasijas, lo cierto es que se
manifestó el aceite (el cual era símbolo de la unción en el antiguo pacto) y
Dios suplió para la necesidad mas allá de las capacidades de la viuda por tal
razón el aceite paró.
De igual forma Dios
ha derramado su Santo Espíritu más allá de las capacidades de la iglesia. La
expansión del la obra del Espíritu Santo se detiene porque la iglesia ha
sustituido el poder del evangelio por otras cosas habidas y por haber. El
Espíritu Santo no ha menguado, solo espera por cristianos comprometidos en
proclamar las buenas nuevas y traer vasijas (nuevos convertidos) (dijo el
profeta: “no pocas”) obrando en obediencia como la viuda de 2 Reyes 4:1-9 para
que estas vasijas sean llenas del Espíritu Santo.
Para finales de los
años 40 del siglo pasado, el “Movimiento de la Lluvia tardía” dio su inició en
Canadá. Tuvo una duración de cuarenta o cincuenta años. Hoy, solamente pocas
iglesias de la “Lluvia tardía” permanecen, aunque aquellas que formaron parte
de este movimiento estaban convencidas de que estaban experimentando una
experiencia maravillosa y de los días postreros del Espíritu Santo.
(Zacarías 12:10
RVR1960) “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de
Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien
traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él
como quien se aflige por el primogénito”. (Promesa para Israel al final de la
gran tribulación) énfasis añadido.
Muchos dijeron:
“Estamos viendo pasar lo que dice Zacarías 12:10” Pero el movimiento se disipó
y otros más que han surgido también se han disipado igualmente. ¿Por qué los
movimientos avivamientistas desaparecen? ¡Porque éstos no estaban enfocados en
la cosecha de almas!
Muchos de los
llamados movimientos del Espíritu Santo han desaparecido rápidamente porque
estaban centrados en el hombre, en el “YO”, enfocados en los dones, en la
unción, en la superación personal, dinero y en alcanzar la felicidad
individual, y no en alcanzar a las almas perdidas y moribundas en este mundo!
(Mateo 9:38 RVR1960)
Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.
Cualquier verdadero
mover del Espíritu Santo se enfocará en esta oración hecha por Jesús. Los pocos
movimientos basados en la unción del Espíritu Santo considerados genuinos
fueron bendecidos con grandes cosechas de almas.
El concepto de la
lluvia tardía y la lluvia temprana en el Antiguo Testamento no tiene nada que
ver con el derramamiento del Espíritu Santo. En el Nuevo Testamento solo se
menciona en Santiago y es en referencia a esperar por la cosecha de almas.
(Santiago 5:7 RVR1960)
Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el
labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta
que reciba la lluvia temprana y la tardía.
Es lamentable que
muchas iglesias existen con el propósito de mantener una cuota de miembros
quienes suplen (so pena de maldición Malaquías 3:9) las necesidades económicas
de las instalaciones y de los ministros a cargo. Siendo esta la vida útil de la
congregación y no para cumplir con el propósito por la cual fue comprada a
precio de sangre, alcanzar una gran cosecha de almas.
Nos arrepentimos para
recibir perdón por nuestros pecados y somos salvos para realizar buenas obras.
Apóstol Juan Calo
Yom Teruah
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Carolina, Puerto Rico
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