TEMA: ¿QUIEN ORDENO CONSTRUIR ALTARES A LOS HOMBRES? EXODO 20:26
Parte 1
El profeta Jeremías (31:31-34) anunció un nuevo pacto para el
pueblo de Israel; un nuevo pacto que fue confirmado el día de pentecostés con
el derramamiento del Espíritu Santo, quien pone la ley de Dios en nuestros
corazones revelándonos el pecado, santificándonos con continuo fuego
consumidor. En Jeremías (31:34), nos dice que toda verdad nos es revelada por
el Espíritu Santo para que seamos libres de los mandamientos de hombres pues
Cristo nos hizo libres de toda esclavitud.
Uno de los principios básicos para entender la palabra de Dios
de forma intelectual, es que hay que entender que YAHWEH es un Dios inmutable,
por tanto, no se puede contradecir; entonces debemos saber que ningún ministro,
ya sea apóstol, profeta, evangelista, pastor, maestro, no pueden enseñar o
proclamar algo que CONTRADICE la Santa Palabra alegando, que fue “Dios el que
dijo” para que obedezcan un argumento que fue concebido por la conciencia de
los hombres.
Un cambio de pacto conllevó un cambio de sacerdocio. Sabemos que
el sacerdocio levítico fue un sacerdocio provisional hasta el primer
advenimiento de Cristo (el ungido) como sumo sacerdote quien intercedió por
nosotros y con un solo sacrificio nos justificó ante el Padre celestial
haciéndonos participes de un sacerdocio real y santo del orden de Jesucristo;
somos participes de un linaje real, el más grande que halla existido jamás, es
por tal razón que Jesús dijo, que el más pequeño de su reino, es más grande que
Juan el bautista.
“Pero el hombre no puede concebir el no tener en que jactarse” y
de aquí es que surge el invento de un “sacerdocio levítico espiritual” o “el
sacerdocio de los ungidos”, que no es más que un plagio del sacerdocio levítico
del Antiguo Pacto con el fin de justificar un orden clerical o eclesiástico que
ELEVA a algunos hombres o mujeres por encima del resto de la asamblea a quienes
se les enseña a ver a estas personas como SERES DIVINOS que aunque cometan
CRÍMENES siguen siendo “santos” porque están más cerca de Dios; que someterse a
ellos como esclavos es garantía de salvación.
Para justificar esta falsa doctrina llaman a las facilidades
donde se reúnen “templo”, ”tabernáculo”, llaman a los ministros “ungidos”, el
uso de aceite para consagrar, el exigir el pago de diezmos so pena de
maldición, fidelidad perpetua al concilio, denominación, pastores so pena de
maldición, en fin todo un campo de concentración religiosos y la mayor ironía
es que se identifican como “evangélicos”.
RAZON DE SER DE LOS ALTARES EN EL ANTIGUO PACTO
Sin sacrificios, no hay altar y no hay altar sin sacrificios.
Por lo tanto, ante este concepto cabe preguntarnos: ¿Qué significa que las
iglesias evangélicas tengan altares en las facilidades donde se reúnen? ¿Es que
acaso aún existen los sacrificios en sus liturgias?
Las respuestas a estas interrogantes han de ser obtenidas a
partir de estudiar un poco las enseñanzas que mantienen las iglesias
evangélicas de la liturgia católica los que yo le llamo una “reforma
inconclusa”.
Cuando leemos el libro de Génesis donde nos narra la caída de la
gracia del hombre, YAHWEH vistió (Génesis 3:21) con túnicas de pieles a Adán y
a Eva para cubrir su vergüenza, por lo tanto alguien tubo que morir por ellos,
de aquí es que podemos entender el porqué Abel ofreció un sustituto, porque
Dios aceptaba una ofrenda simbólica a cambio de la vida del pecador.
En el Antiguo Pacto la palabra hebrea para denominar altar está
formada partiendo del verbo que corresponde a “matanza”, literalmente significa
“lugar de matanza”. Otra palabra hebrea para altar en el antiguo pacto era
lugar alto (heb. Bamah) que pudo ser una plataforma elevada donde se ofrecían
sacrificios.
Los altares no tenían techo; los más antiguos y simples eran
hechos con tierra (Éxodo 20:24); los mas mencionados en los registros bíblicos
era los montículos de piedras; una sola piedra grande servía de altar (Jueces
6:19-23, 13:19-20, 1 Samuel 14:31-35) también se podía apilar piedras sin
tallar (Éxodos 20:25, 1 Reyes 18:30-35). Dios prohibió la creatividad en la
confección de los altares; el no está en contra de la creatividad, pero esto
podría haber dado paso a que los hebreos hicieran su propia adoración.
NOTA: Estos alteres NO podían tener escalones (gradas) con el
fin de diferenciarlos de los altares cananeos.
Estos eran los altares previos a la construcción del templo de
Salomón donde el altar central del atrio del templo era de bronce. Otro tipo de
altar era el altar de oro de incienso que estaba ubicado en la habitación
interior del santuario, fuera del lugar santísimo (1 Reyes 7:48-50).
En el nuevo testamento la palabra griega que se utiliza para
altar se traduce como lugar de sacrificio. Jesús menciona la adoración adecuada
(Mateo 5:23-24) y la hipocresía en la adoración (Mateo 23:18-20) recordando que
Jesús vivió y cumplió el antiguo pacto; el nuevo pacto (Nuevo Testamento)
comienza con la muerte de Cristo como el testador.
Hay pocas referencias directas en el Nuevo Testamento que
relacionan al altar con el sacrificio de Jesús, el tema principal del Nuevo
Testamento es el mensaje de que Jesús es el sacrificio final y perpetuo que
hace posible la reconciliación con Dios; para nada estamos en la ley como fue
dada a Moisés, ni para justificación, ni para el andar en la vida.
Hebreos 13:10 (RVR1960) Tenemos un altar, del cual no tienen
derecho de comer los que sirven al tabernáculo.
PARTE 2
PRESENCIA DE DIOS EN LOS ANTIGUOS ALTARES
En el contexto del antiguo pacto, los altares eran lugares de la
presencia de Dios. En los tiempos de los patriarcas, se registran la
edificación de altares continua en el sitio donde se le había aparecido Dios a
una persona (Génesis 12:7, 26:24-25). Era común celebrar la aparición de Dios
con un holocausto, ubicando allí de forma permanente el altar porque pensaban
que sería una buena ubicación para que Dios volviera aparecer.
En el templo de Salomón, la presencia de Dios se asociaba
directamente al arca del pacto; el altar de sacrificio se relacionó con la
reconciliación o mediación. El adorador llevaba al sustituto inocente el cual
era matado frente al altar, se cortaba en tres partes y se colocaban sobre el
altar las porciones con grasa. Solamente los descendientes de Aarón podían
efectuar los sacrificios; la aceptación de las ofrendas simbólicas por parte
del sacerdote simbolizaba la aceptación de Dios que se manifestaba en
bendiciones y en la renovación del pacto (Éxodo 20:24).
LOS ALTARES ERAN SOMBRAS DE LO QUE IBA A VENIR
Como podemos ver, el judaísmo registra en su historia religiosa
la presencia de altares con sus respectivos sacrificios cuyos simbolismos
proyectaban (reflejaban) la sombra de lo que había de venir, pero no la imagen
misma de las cosas (Hebreos 10:1).
Cada sacrificio, cada animal sacrificado en los altares del
pueblo de Israel era un grito de desespero por la necesidad de un salvador, un
sumo sacerdote que ofreciera un sacrificio perpetuo que justificara al hombre
eternamente con Dios. YAHWEH el ingeniero del plan de redención para el hombre,
se entregó así mismo en la persona de Jesucristo en “el altar” del Gólgota de
una vez y para siempre.
El acto de Jesucristo nunca ha sido imitado por ninguna religión
en la historia de la humanidad. Una vez que Cristo vino al mundo y muere por
los pecadores, ningún sacrificio tiene validez para alcanzar la vida eterna y
el beneplácito de Dios.
Hebreos 10:12-14 (RVR1960)
12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo
sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,
13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean
puestos por estrado de sus pies;
14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los
santificados.
A pesar de esta colosal declaración de las escrituras, las
iglesias que se identifican como evangélicas, insisten en la necesidad de
mantener los altares y sus sacrificios por medio de dogmas y doctrinas: “hay
que pagar un precio”, como medio de alcanzar justificación.
LA IGLESIA EVANGÉLICA NO DIFIERE EN TODO DE LA LITURGIA CATOLICA
La iglesia de Roma mantiene “la misa”; una liturgia que
distorsiona la comunión establecida por Cristo. La misa no tiene nada que ver
con la “cena del Señor” que la Biblia enseña (1 Corintios 11:20). Ahora bien,
su liturgia y práctica es coherente con la utilización de un altar, ya que el
objetivo de la “misa” es el sacrificio que se cumple, según la dogma romanista,
durante el ritual místico de la transubstanciación (ver eucaristía) de la
hostia y del vino, que según los teólogos católicos, esos elementos se
TRANSFORMAN LITERALMENTE en el “cuerpo y la sangre de Cristo” (no son vistos
como símbolos). Por consiguiente, lo que la iglesia católica realiza cada
domingo es “el sacrificio de la misa”, de ahí el uso de el “altar”.
LOS CRISTIANOS EVANGELICOS NO TIENE NESECIDAD DE TENER ALTARTES
Es común escuchar en las iglesias evangélicas decir:
“el altar es santo”, “solamente el ungió/da de Dios es digno de
pararse en el altar”, “la presencia de Dios está en el altar y el que se pare
en el altar en pecado queda maldito”, “no se puede danzar (bailar) en el altar
porque es santo”.
Escuche una anécdota de que una pastora no permitía que nadie
limpiara su altar porque ella se consideraba la única capacitada y justificada
por Dios para estar en ese lugar como si fuera el lugar santísimo.
Estas son las consecuencias de la falsa doctrina de los
“ungidos”, personas que piensan que son los únicos que Jesús justificó y el
RESTO de la asamblea son pobres marginados que tiene que “pagar” un precio por
el resto de sus vidas para alcanzar justificación delante de Dios.
Lo que se ve en algunas facilidades de las iglesias evangélicas,
no difiere mucho de las catedrales y capillas romanistas. El altar fue
incorporado a la liturgia evangélica hace centurias y es un legado del
romanismo, pero no tiene ningún sustento bíblico ni razón de existir; solamente
sirven para poner a hombres y mujeres como centros del evangelio.
Aún más, en su razón de ser, un altar demanda sacrificio y los
que somos evangélicos, sabemos muy bien que ya no se deben realizar más
sacrificios ni penitencias; por lo tanto, llamar “altar” a una tarima o pulpito
donde se predica el evangelio de Cristo, es una doctrina anticristiana.
Los supuestos ungidos y sus caudillos, le han dado una
connotación sacra a estos lugares que llaman altares como si de allí saliera la
virtud del altísimo para sanar o hacer milagros. Ellos dicen: “pasa al altar
para que recibas la bendición” y lo único que ocurre es que los feligreses van
y se postran ante un escenario cuyo artista alabado es un simple y mortal
hombre sujeto a pasiones.
El hombre siempre ha manifestado la soberbia y obsesión de
elevarse por encima de los demás; ser el centro de atención, ser adorado
(aunque se hagan los más humildes) y se contentan de las ovaciones de las
multitudes. En las facilidades donde se reúnen los evangélicos ese lugar lo
llaman altar.
¡Qué insulto al Señor! Quien siendo Dios, el ingeniero y creador
de todas las cosas, mereciendo toda la adoración, decidió estar como hombre
entre su pueblo (Emmanuel) despojándose de su gloria para servir a los hombres.
La Biblia dice con una sencillez tan hermosa y cautivante:
Mateo 18:20 (RVR1960)
20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos.
Jesús siendo rey quiso establecer su reino en los corazones de
nosotros. Fue tentado a que renunciara a ir a la cruz, sin embargo abrazó un
instrumento de tortura por amor hacia sus criaturas. Jesús no habita en altares
religiosos; él habita en nosotros mediante el Espíritu Santo. Jesús nunca buscó
las multitudes, ni el beneplácito ni la ovación de los hombres, por el contrario,
cuando lo querían elevar a los altares y querían hacerlo rey, él huía a lugares
solitarios (Mateo 8:18).
PARTE 3
YAHWEH PROHIBIÓ QUE LOS SACERDOTES SE TREPARA EN LOS ALTARES
(Éxodo 20:26 RVR 1960) No subirás por gradas a mi altar, para
que tu desnudez no se descubra junto a él.
No lo digo yo, lo dice la Biblia. La desnudez a la que se
refiere la escritura en este y otros pasajes, no solo se refiere a la física,
sino también a la espiritual:
(Apocalipsis 3:17 RVR 1960) Porque dices: Yo soy rico, y me he
enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un
desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
El pecado e indigencia espiritual del ser humano queda
claramente al descubierto cuando este se eleva por sobre del resto de la
asamblea de cristianos. Cuando el hombre es confrontado con la santidad de
Dios, la desnudez se hace manifiesta y solo vemos imperfección y bajezas.
Nuestra mirada tiene que estar puesta en Cristo cuya figura y proyección es
solo perfección y gloria.
Hermanos, cuando Dios habla al pueblo mediante el don de
profecía de que va a bajar a muchos de los altares, honestamente yo no lo
entendía, pero confeccionando este artículo el Espíritu Santo me reveló que El
no está hablando de una tarima hecha con manos de hombres, sino que a lo que se
refiere es que se va a apartar de ellos, quitándolos del lugar de autoridad. Es
algo espiritual, y si no lo veo desde el punto de vista de Dios nunca lo iba a
entender.
¿Quién te ha ordenando a elevar en altares a los hombres y mirar
sus bajezas e imperfecciones? ¡Pon los ojos solo en Jesús, el autor y
consumador de todo! (Hebreos 12:2). Renuncie a esta practica idólatra y
anticristiana de elevar a los hombres en altares tal cual lo hace la iglesia de
Roma.
Los altares evangélicos no cumplen la función de sacrificios
como en el antiguo pacto. A veces que es necesario tener una tarima, pulpito
para que las personas vean al expositor de la palabra; pero los mal llamados
altares en la actualidad son tarimas que exhiben la levadura fermentada de los
religiosos que se hacen llamar “ungidos”.
¿Que sacrificio nos invita Dios a realizar?
Hebreos 13:15 (RVR 1960) Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por
medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su
nombre.
Apóstol Juan Calo
Yom Teruah Ministries®
Carolina, Puerto Rico
yomteruahministries@gmail.com
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