PARTE 2
Las discusiones teológicas tienen dos metas:
1-Establecer la verdad y la Biblia como el juez de la discusión doctrinal; no solo utilizando la Biblia misma como referencia, sino también la cosmovisión que tenían los antiguos teólogos sobre asuntos teológicos, por ejemplo: San Agustín, Martin Lutero, Juan Calvino, John Wesley y las prioridades tradicionales de los sínodos, credos y confesiones.
2-Establecer una discusión teológica para oponerse a las falsas enseñanzas, por ejemplo la epístola a los Gálatas (la intención de judaizar el evangelio).
La teología nos ayuda a corregir las herejías, poniendo el énfasis en encaminar a la iglesia a las prioridades de la tradición reformada histórica.
En los primeros siglos del cristianismo surgieron enseñanzas heréticas sobre la persona de Jesucristo. Enseñanzas que negaban a Jesucristo como hombre, otras negaban a Jesús como divino, otras enseñanzas negaban que Jesús fuera una persona integral (hombre y divino a la vez).
A causa de esto, fue necesario que el credo de Calcedonia tratara este asunto el cual no es enfatizado en las Sagradas Escrituras:
“Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles, incombinables,
indivisibles, inseparables; por ningún medio de distinción de naturalezas desaparece por la unión, más bien es preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en una Persona y una Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo; como los profetas desde el principio lo han declarado con respecto a Él, y como el Señor Jesucristo mismo nos lo ha enseñado, y el Credo de los Santos Padres que nos ha sido dado. AMEN”
Como vemos la discusión doctrinal nos ayuda a construir una base teológica solida donde podemos fundamental nuestras creencias. El problema que tenemos en el cristianismo actual y la razón por la que existen aproximadamente 40.000 denominaciones evangélicas es a causa de la inconsistencia teológica.
El ministerio Yom Teruah (un llamado a examinarse) surgió como un llamado de Dios, no para denigrar ministros, iglesias, denominaciones, sino para establecer discusiones doctrinales con el fin de oponernos a las falsas enseñanzas que llevan al pueblo cristiano a la incredulidad.
Mi llamado como apóstol (pastor ambulante) esta centralizado en traer a conciencia a los pastores y laicos (feligreses) a que estudien sistemáticamente la Biblia y discutan temas doctrinales desde un punto de vista teológico tomando en cuenta la tradición reformada junto a las doctrinas de la gracia, la convicción de pecado, la vida en santidad por medio del Espíritu Santo, la continuidad de los dones carismáticos, la vigencia de los cinco ministerios como dones para la iglesia y la doctrina del rapto antes de la tribulación, etc.
Muchos dicen defender la sana doctrina y la mayoría de ellos ni siquiera saben de lo que están hablando a causa de no tener una base teológica que fundamente lo que pretenden defender. Lamentablemente la iglesia a pesar de la reforma protestante, a pesar de que el sínodo de Dort condeno los cinco puntos del arminianismo, la iglesia se encuentra en la edad media por cuanto miles de ministros viven de los demás a causa de la ignorancia y fanatismo que reina en el cristianismo.
No sé si usted se ha dado cuenta, de que la mayoría de los ministros sin importar su trasfondo denominacional, enseñan o predican sobre temas doctrinales y nunca dicen de dónde sacan o de donde se fundamentan para hablar de estos temas.
Por ejemplo: Los pentecostales son famosos en cuanto al tema de doctrina se refiere, pero los pastores pentecostales no les dicen de donde surgieron las doctrinas de santidad que enseñan. Estas doctrinas o tradiciones no surgieron del pentecostalismo clásico, sino de “la doctrina de la perfección cristiana” formulada por el teólogo británico arminiano John Wesley, sacerdote anglicano y padre del metodismo moderno.
Wesley sintetizo el énfasis característicamente religioso de la tradicional doctrina protestante de justificación por la fe (luteranismo) y el interés especial del pensamiento y la piedad de los católicos, y resultan en el ideal de la santidad y la perfección evangélica.
La doctrina de santidad externa con la cual adoctrinan a los feligreses la mayoría de iglesias pentecostales no es más que una cosmovisión del concepto de piedad religiosa que proviene de la alta jerarquía de la iglesia romana (el papa, cardenales).
No estoy diciendo que la doctrina de la perfección cristiana sea una herejía, sino que ésta se convierte en una herejía cuando se es impuesta por el uso de un tipo de vestimenta como si fuera un mandamiento y requisito para la salvación.
Hermanos históricamente los diezmo, ofrendas, ropas piadosas, el sometimiento a los sacerdotes, las ofrendas de pacto, las coberturas apostólicas, kipás, los decretos, los rituales con sal, aceite ungido, altares, templos, velos en las mujeres, corbatas, cilicio, rosarios, hablar en hebreo, ninguna de estas cosas han cambiado a los hombres.
Lo único que puede cambiar a los hombres es un evangelio que nos diga que somos pecadores, que somos homicidas por cuanto Cristo fue crucificado por nuestra culpa. Que todos estamos condenados a causa del pecado al infierno. Que Dios en su sabiduría nos dio una salida por medio de su hijo Jesucristo. Que no hay nada que podamos hacer para llegar a ser salvos. Que somos salvos por la gracia de Dios la cual se manifestó en la cruz del calvario y en la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, quien deposita el don de la fe en nosotros para que obedezcamos el evangelio y recibimos el bautismo del Espíritu Santo como segunda obra de gracia para que podamos vivir con la santidad sin la cual nadie vera a Dios. Amén.
“Que Dios nos ayude”.
APOSTOL JUAN CALO
Yom Teruah Ministries, Puerto Rico
CORREO ELECTRONICO: yomteruahministries@gmail. com
Las discusiones teológicas tienen dos metas:
1-Establecer la verdad y la Biblia como el juez de la discusión doctrinal; no solo utilizando la Biblia misma como referencia, sino también la cosmovisión que tenían los antiguos teólogos sobre asuntos teológicos, por ejemplo: San Agustín, Martin Lutero, Juan Calvino, John Wesley y las prioridades tradicionales de los sínodos, credos y confesiones.
2-Establecer una discusión teológica para oponerse a las falsas enseñanzas, por ejemplo la epístola a los Gálatas (la intención de judaizar el evangelio).
La teología nos ayuda a corregir las herejías, poniendo el énfasis en encaminar a la iglesia a las prioridades de la tradición reformada histórica.
En los primeros siglos del cristianismo surgieron enseñanzas heréticas sobre la persona de Jesucristo. Enseñanzas que negaban a Jesucristo como hombre, otras negaban a Jesús como divino, otras enseñanzas negaban que Jesús fuera una persona integral (hombre y divino a la vez).
A causa de esto, fue necesario que el credo de Calcedonia tratara este asunto el cual no es enfatizado en las Sagradas Escrituras:
“Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles, incombinables,
indivisibles, inseparables; por ningún medio de distinción de naturalezas desaparece por la unión, más bien es preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en una Persona y una Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo; como los profetas desde el principio lo han declarado con respecto a Él, y como el Señor Jesucristo mismo nos lo ha enseñado, y el Credo de los Santos Padres que nos ha sido dado. AMEN”
Como vemos la discusión doctrinal nos ayuda a construir una base teológica solida donde podemos fundamental nuestras creencias. El problema que tenemos en el cristianismo actual y la razón por la que existen aproximadamente 40.000 denominaciones evangélicas es a causa de la inconsistencia teológica.
El ministerio Yom Teruah (un llamado a examinarse) surgió como un llamado de Dios, no para denigrar ministros, iglesias, denominaciones, sino para establecer discusiones doctrinales con el fin de oponernos a las falsas enseñanzas que llevan al pueblo cristiano a la incredulidad.
Mi llamado como apóstol (pastor ambulante) esta centralizado en traer a conciencia a los pastores y laicos (feligreses) a que estudien sistemáticamente la Biblia y discutan temas doctrinales desde un punto de vista teológico tomando en cuenta la tradición reformada junto a las doctrinas de la gracia, la convicción de pecado, la vida en santidad por medio del Espíritu Santo, la continuidad de los dones carismáticos, la vigencia de los cinco ministerios como dones para la iglesia y la doctrina del rapto antes de la tribulación, etc.
Muchos dicen defender la sana doctrina y la mayoría de ellos ni siquiera saben de lo que están hablando a causa de no tener una base teológica que fundamente lo que pretenden defender. Lamentablemente la iglesia a pesar de la reforma protestante, a pesar de que el sínodo de Dort condeno los cinco puntos del arminianismo, la iglesia se encuentra en la edad media por cuanto miles de ministros viven de los demás a causa de la ignorancia y fanatismo que reina en el cristianismo.
No sé si usted se ha dado cuenta, de que la mayoría de los ministros sin importar su trasfondo denominacional, enseñan o predican sobre temas doctrinales y nunca dicen de dónde sacan o de donde se fundamentan para hablar de estos temas.
Por ejemplo: Los pentecostales son famosos en cuanto al tema de doctrina se refiere, pero los pastores pentecostales no les dicen de donde surgieron las doctrinas de santidad que enseñan. Estas doctrinas o tradiciones no surgieron del pentecostalismo clásico, sino de “la doctrina de la perfección cristiana” formulada por el teólogo británico arminiano John Wesley, sacerdote anglicano y padre del metodismo moderno.
Wesley sintetizo el énfasis característicamente religioso de la tradicional doctrina protestante de justificación por la fe (luteranismo) y el interés especial del pensamiento y la piedad de los católicos, y resultan en el ideal de la santidad y la perfección evangélica.
La doctrina de santidad externa con la cual adoctrinan a los feligreses la mayoría de iglesias pentecostales no es más que una cosmovisión del concepto de piedad religiosa que proviene de la alta jerarquía de la iglesia romana (el papa, cardenales).
No estoy diciendo que la doctrina de la perfección cristiana sea una herejía, sino que ésta se convierte en una herejía cuando se es impuesta por el uso de un tipo de vestimenta como si fuera un mandamiento y requisito para la salvación.
Hermanos históricamente los diezmo, ofrendas, ropas piadosas, el sometimiento a los sacerdotes, las ofrendas de pacto, las coberturas apostólicas, kipás, los decretos, los rituales con sal, aceite ungido, altares, templos, velos en las mujeres, corbatas, cilicio, rosarios, hablar en hebreo, ninguna de estas cosas han cambiado a los hombres.
Lo único que puede cambiar a los hombres es un evangelio que nos diga que somos pecadores, que somos homicidas por cuanto Cristo fue crucificado por nuestra culpa. Que todos estamos condenados a causa del pecado al infierno. Que Dios en su sabiduría nos dio una salida por medio de su hijo Jesucristo. Que no hay nada que podamos hacer para llegar a ser salvos. Que somos salvos por la gracia de Dios la cual se manifestó en la cruz del calvario y en la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, quien deposita el don de la fe en nosotros para que obedezcamos el evangelio y recibimos el bautismo del Espíritu Santo como segunda obra de gracia para que podamos vivir con la santidad sin la cual nadie vera a Dios. Amén.
“Que Dios nos ayude”.
APOSTOL JUAN CALO
Yom Teruah Ministries, Puerto Rico
CORREO ELECTRONICO: yomteruahministries@gmail.
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