jueves, 6 de marzo de 2014

8. ¿QUIEN HACE EL LLAMADO A LA SALVACION?




Tengo una amiga que conozco por más de veinte años. Mi amiga fue criada en los valores cristianos, y su madre fue llamada al ministerio como evangelista muchos años atrás, a nivel local como también internacional, con el don de milagros. Cuando mi amiga llegó a la adolescencia, cambió su forma de vestir siendo censurada por la congregación. 

Esta, abandonó la congregación y ayudaba a su madre en el ministerio; ella a pesar de que ha pertenecido a varias congregaciones, nunca ha podido establecer una comunión formal con el creador; yo no podía entender esto.

Un día, establezco una conversación con ella sobre fundamentos bíblicos y doctrinas erróneas que fomentan algunas iglesias, y el Señor me inquieto a preguntarle si sabía, o había escuchado sobre el “principio de la sustitución”; para mi asombro ella me dice que nunca lo había escuchado.

Yo me pregunte: ¿cómo es posible que una joven que fue criada entre pastores, evangelistas, en una denominación de manifestaciones de milagros, nunca haya escuchado sobre el principio de la sustitución?

Vi la oportunidad para evangelizarla explicándole “el principio de la sustitución”, el cual consiste en la salida que Dios le dio al hombre para restablecer Su comunión con él desde Génesis 3:21, y culminando con la obra magna de la cruz del calvario que encontramos en los cuatro evangelios. Le explique que el amor, sabiduría, justicia y poder de Dios, abundando en cada uno de estos elementos, hicieron posible nuestra redención.

Le explique el principio de la sustitución según Génesis 9:6, nosotros al heredar la culpa de Adán por quien entró la “muerte” al mundo, nosotros heredamos tal transgresión la cual nos convierte en homicidas. Por esta razón, la justicia de Dios demanda nuestras vidas. Lo único precioso y valioso que podía sustituir nuestra pena capital, era la vida de otro hombre, el Hijo de Dios.

Este mensaje provocó que ella frunciera sus cejas y bajara su rostro, manifestándome que nadie le había explicado el principio de la sustitución.

Me he sorprendido por la cantidad de cristianos que no conocen el principio de la sustitución que hiso posible que fuéramos cristianos. A raíz de esto pregunto: ¿que están predicando los ministros y que están enseñando los pastores en las iglesias?

Hermanos, muchos ministros pretenden persuadir a las personas, tratando de convencerlos para que acepten a Cristo como su Salvador. Crean un ambiente emotivo con música sacra y un mensaje emotivo que conmueve las emociones.

Otros con mensajes de los juicios de la tribulación, el infierno, de Jonás, Gomorra y Sodoma, juicios contra la nación, espiritualizan juicios contra la misma persona, y con esto intimidan a las persona y estos reaccionan ante el TEMOR y ANSIEDAD que les provoca este tipo de mensaje.

NADIE QUE NO ENTIENDA LA CRUZ DEL CALVARIO NO PUEDE SER SALVO.

Mi amiga me manifestó, que se reconciliaba con el Señor, porque sentía TEMOR de que le fuera a pasar algo en su vida cotidiana, y quería recibir la bendición de Dios.

¡Hermanos!, estas NO son razones legítimas para que el Espíritu Santo nos lleve a Cristo, y estas ideas provienen de las erradas predicaciones que manipulan las emociones.

La ESTRATEGIA humana para persuadir a las personas “intelectualmente” para que tomen una decisión a favor de Cristo es hacer UN LLAMADO que consiste en decir: “si usted QUIERE aceptar a Cristo como su salvador, pase al frente”.

Sin embargo, la palabra nos dice:

(Romanos 9:16. RVR 1960) Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

(2Timoteo 1:9. RVR 1960) Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.

Hermanos, el Espíritu Santo puede hacer lo que ningún hombre podrá hacer, dar vida a los muertos de espíritu. Siempre que se predique a un Cristo crucificado y resucitado, el Espíritu Santo estará allí para dar vida.

Si usted ha leído el libro de los Hechos, ¿ha notado quienes hacen los llamados para salvación?

No fueron los predicadores, casi siempre fueron aquellos a quienes se les predicó a Cristo y vieron las manifestaciones de milagros.

Cuando Pedro lleno del Espíritu Santo, predicó en el día de pentecostés, la multitud atraídos por el milagro que se manifestó en los creyentes de Jesús, en lenguas de fuego y en idiomas hablados; la audiencia de Pedro experimentó tanta convicción que lo interrumpieron y dijeron:

(Hechos 2:37. RVR 1960) Al oír esto, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿Qué haremos?

Pedro no tuvo que hacer “un llamado”, la audiencia se adelantó porque el Espíritu Santo los llamó.

El Espíritu Santo preparó el corazón del eunuco (Hechos 8:27-34) con el pasaje bíblico Isaías 53:7-8. Cuando Felipe el evangelista le anunció el evangelio de Cristo, y al eunuco le fue depositada la fe para que pudiera creer. El eunuco al hacer uso de un sentido (la fe) que antes no tenía, reaccionó y dijo:

Aquí hay agua; ¿Qué impide que yo sea bautizado? (Hechos 8:36. Tomado RVR 1960)

Tenemos como testimonio de que el eunuco recibió el don de la fe, cuando confeso a Jesucristo como el Hijo de Dios (Hechos 8:37).

En Hechos 16, el corazón del carcelero fue conmovido a causa de los cánticos de Pablo y Silas, a pesar de que estaban en la cárcel. Cuando se abrieron las celdas a causa del terremoto y el carcelero al ver que ellos no escaparon a pesar de que tenían la oportunidad, tal testimonio de honradez lo impactó. Entonces, ¿quién hiso el llamado?

(Hechos 16:30. RVR 1960) y sacándolos, les dijo: Señores, ¿Qué debo hacer para ser salvo?

En cada caso, incidente tras incidente, fue el Espíritu Santo quien se comunicó con los corazones necesitados, y los preparo anticipadamente para que recibieran la predicación para cuando esta llegase.

El Espíritu Santo es el ÚNICO que tiene el poder para hablar con el espíritu del hombre. Por esta razón es que los ministros y laicos, antes de anunciar el evangelio de Cristo, tiene que orar con ayuno si es posible, con anticipación, para que el Espíritu Santo prepare los corazón para que la audiencia reciban la predicación y mediante esta, reciban la fe con la cual puedan creer que Jesucristo es el Hijo de Dios.

Si vamos a anunciar el reino de los cielos (la justicia de Dios) que se manifestó en la primera venida de Cristo y fue consumado en la cruz del calvario, tenemos que entender el siguiente punto:

1-A causa de la caída del hombre, este adquirió una naturaleza pecaminosa que le imposibilita de buscar a Dios por iniciativa propia:

(Romanos 3:10-11.RVR 1960) Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios.

La Santa Palabra de Dios nos declara como muertos espirituales a causa del pecado, Cuando estamos en la condición de cadáveres espirituales, no tenemos la capacidad de entender las cosas espirituales:

(1 Corintios 2:14. RVR 1960) Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

Esta era la condición del hombre natural, al igual que Lázaro en su condición de cadáver, no podía tomar la decisión de resucitar, no podía hacer nada por SÍ MISMO para levantarse de entre los muertos:

(Juan 5:21. RVR 1960) Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.

Una cosa es la predicación en la reunión de la comunión de los santos y otra es la predicación del evangelio de Cristo. Muchas iglesias no saben diferenciar entre una cosa y la otra; por esta razón desde que tengo uso de conciencia, he visto ministros que predican a una asamblea de creyentes, un mensaje que no tiene nada que ver con el evangelio de Cristo, y a lo ultimo hacen un “llamado” preguntando si alguien QUIERE aceptar a Cristo como su Salvador.

Esto es un error garrafal. ¿Como una persona va a ser salva sin entender la cruz del calvario? Las personas pasan al frente bajo esta circunstancia, motivadas por temor, porque tiene un problema y creen que de esta forma Dios se lo va a resolver, porque tienen un remordimiento o porque fueron ministrados en las emociones; pero nadie que no ha sido convencido de pecado no puede recibir consuelo, mucho menos la gracia de Dios.

Se ha llegado al colmo de creer que con que un ministro haga un “llamado”, esto es suficiente para que las personas den el primer paso y acepten a Cristo por cuenta propia. Tampoco una oración de confesión de fe, sea individual o de forma colectiva, no es suficiente para que las personas alcancen salvación.

Bajo estas circunstancias, las personas llegan a una decisión, en vez de llegar a un ARREPENTIMIENTO. Si leemos las diferentes situaciones en el libro de los Hechos, los predicadores siempre explicaron el evangelio de Cristo, la necesidad de que Cristo fuera muerto en la cruz por nuestras transgresiones y ofensas.

El evangelio de Cristo, hace un juicio sobre nuestras vidas, de aquí el término “la ofensa de la cruz”; el evangelio saca el pecado a la luz, haciéndonos ver nuestra culpabilidad ante un Dios Santo. Esta culpabilidad “conciencia de pecado” es la que nos lleva al arrepentimiento con la confesión de pecados.

Entonces el hombre es perdonado, justificado, regenerado, hecho nueva criatura convirtiéndose en un receptor para ser llenado por el Espíritu Santo, quien lo sella como propiedad de Cristo, y le dará el poder para vencer la naturaleza pecaminosa para que pueda vivir con la santidad sin la cual nadie vera al Señor.

Luego que una persona se arrepiente y confiesa los pecados ante el Padre Celestial, solo entonces se ven los frutos del arrepentimiento genuino, cuando confiesan públicamente a Jesucristo como su Salvador.

Si Jesucristo con toda la autoridad del Padre, llamó a Lázaro diciéndole: ¡Lázaro, ven fuera!

¿Porque hemos estado persuadiendo intelectualmente a las personas con un “llamado” para que los muertos de espíritu tomen una decisión?

Alargando y alargando un “llamado”, esperando que muertos de espíritu tomen una decisión con relación a su destino eterno, que no puedan tomar.

Si la Biblia nos enseña que tenemos la autoridad de Cristo mediante el Espíritu Santo (Marcos 16:17-18)

¿Por qué no llamamos a los muertos espirituales con la autoridad del nombre de Jesucristo para que se levanten y caminen?

Yo creo, ¡como que hay un Dios que reina sobre los cielos y la tierra! que luego de predicar el evangelio de Cristo, si damos una orden con la autoridad del nombre de Jesucristo/ Yeshua ha Mashiaj, para que los muertos de espíritu se levanten y caminen, el Espíritu Santo actuara sobre ellos dándoles vida, y vida en abundancia:

(Juan 10:10. RVR 1960) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que le tengan en abundancia.

Hermanos, en Cristo somos más de lo que nos han enseñado.

La buena noticia es que Dios es un artista, y nosotros somos SU instrumento favorito.


Apóstol Juan Calo
Ministro de un Nuevo Pacto
Yom Teruah Ministries, Puerto Rico 
CORREO ELECTRONICO: yomteruahministries@gmail.com

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